Citas: Rastro (Maggie Stiefvater)

Hola a todos, a falta de reseña (y de tiempo, por extensión), buenas son citas ^^
Estas son sólo algunas preciosas frases que me gustaron de las muchas que se pueden encontrar en Siempre y, en general, en toda la saga de los Lobos de Mercy Falls.
NO CONTIENEN SPOILERS
Espero que os gusten tanto como a mí.
PD: Una adivinanza: ¿a quién se describe en la cita 3? ¿y en la 4? Si los adivináis ya sabreís quiénes son mis personajes favoritos de la trilogía ^^


Pobres desgraciadas -dijo Cole con la mirada fija en las estrellas-. Deben de estar hartas de vernos cometer los mismos errores una y otra vez. (página 92)


No existe mejor sabor que la risa de otra persona en tu boca. (pág. 101)


Estaba totalmente fuera de lugar, como un depredador refinado y agresivo moviéndose entre unas estanterías iluminadas por el sol que, comparadas con él, parecían de lo más sencillas. Me pregunté si daba aquella imagen conscientemente o si era un efecto secundario de su personalidad, y me planteé cómo iba a sobrevivir alguien como él, un sol furioso, en un lugar como Mercy Falls. (pág. 109)


Sus labios tenían pinta de saber a barrita de regaliz. Su rímel parecía tan espeso como la pintura al óleo, y llevaba el pelo más largo que antes: podría haberme rodeado la muñeca dos veces con su melena rubia y glacial, aunque no es que estuviese pensando en eso (de verdad que no. Bueno, sí). Mientras dejaba que la puerta se cerrase lentamente a sus espaldas, abrió su boca comestible (...) (pág.116)


-Anda ya. No pensaba seguirte el rollo. Eres nocivo.
-¿Nocivo? -repetí.
Mentiría si dijese que no me halagó aquella palabra; tenía tanta fuerza que resultaba tentadora. "Nocivo".(pág. 118)


Quieres arrastrarme en tu caída, y yo lo que quiero es salir. (pág.118)


No sé cuál es la diferencia entre rendirme y no luchar (pág.246)


Tiene spoilers, en el sentido de que a lo mejor no quieres conocer la escena antes de leerla :):
No fue como nuestro primer beso, hambriento, rugiente, desesperado. No fue como ningún beso que me hubiese dado con nadie. Fue tan suave como el recuerdo de un beso, tan dulce como si me hubiese acariciado los labios con las yemas de los dedos. Abrí la boca y me quedé quieta; era un beso tranquilo como un susurro, nada que ver con el grito ansioso de la vez anterior. Me tocó el cuello con la mano e hizo un poco de presión con el pulgar en la piel junto a la mandíbula. Fue una caricia que no me hizo pensar "necesito más", sino "esto es lo que quiero".
(...) Tenía una expresión ausente; era la cara que ponía cuando algo le importaba.
-Así es como te besaría si te quisiese -dijo.
(...) Le oí bajar por la escalera: los primeros cinco peldaños, lento y vacilante, y los demás corriendo. (pág. 246)


Aquel Cole era aún más persuasivo que el anterior. Era una sonrisa hecha realidad, un objeto físico hecho con sus manos enlazadas en mi cintura y su cuerpo largo apretado contra el mío.
(...) Mis pensamientos eran fogonazos entre latidos.
(...) Cuando acabó la canción, Cole dió un paso atrás, jadeante, y esbozó una sonrisa. No entendí cómo podía parar: yo quería bailar hasta caer rendida, quería apretar mi cuerpo contra el suyo hasta que ya no fuese posible separarlos.
-Eres adictivo -le dije.
-Mira quién fue a hablar. (pág. 308-309)